En la actualidad, el rol del departamento financiero en las empresas va más allá de las operaciones del día a día en la gestión de los recursos económicos. Esto ha quedado en el pasado y ha evolucionado hacia una función mucho más estratégica. 

Ante situaciones imprevistas, y frente a escenarios de incertidumbre económica, el departamento financiero de una empresa debe proporcionar a la dirección general y a los accionistas estrategias que sirvan de medidas mitigadoras de riesgos y que ayuden como palancas de crecimiento rentable y sostenible.

Dentro de estas estrategias podemos contemplar como herramienta fundamental la contratación de una cobertura de crédito. Dicha cobertura servirá para mitigar el riesgo de impago de facturas e incluso de insolvencia de los clientes, y para garantizar el flujo de caja de la empresa sin desajustar la operatividad de la empresa.

Es necesario destacar que ésta no es la única ventaja de contar con un seguro de crédito, ya que, además:

·       Proporciona a las empresas una mayor confianza al momento de conceder crédito a nuevos clientes, sobre todo en mercados desconocidos o de alto riesgo.

·       Permite a la empresa ofrecer condiciones de crédito más atractivas para sus clientes sin temor a asumir riesgos excesivos, lo que puede resultar en un incremento de las ventas y en una expansión del negocio.

·       Aporta control y monitoreo de la solvencia crediticia de los clientes, lo que representa un valor agregado, siendo de gran importancia para la toma de decisiones por parte de la dirección de la empresa.

·       Colabora en la gestión de los impagados, cubiertos y no cubiertos por la póliza, lo que mejora la eficiencia en el recobro sin que la empresa incurra en nuevos costes.

Por las razones mencionadas, el seguro de crédito es una herramienta estratégica y fundamental para el equipo de finanzas, ya que no solo protege contra el riesgo del posible impago de clientes, sino que, además salvaguarda el flujo de caja, favorece la expansión del negocio y permite un análisis financiero más eficaz.

Contar con este tipo de cobertura ayuda a las empresas a operar con mayor seguridad, estabilidad y eficiencia, minimizando el impacto negativo de los impagos y fortaleciendo su posición financiera.